martes, 3 de junio de 2014

Quiero estar a tu lado. [VIXX] Cap. 1

Ahí se encontraban los cinco integrantes en la sala, viendo televisión, conversando, y pasándola bien. Leo dio unos cuantos pasos hasta llegar a ellos, tiro las llaves en la mesita de centro y todos notaron su presencia, el líder N se levantó del sillón y se acercó a él hasta quedar frente a frente.

—Por tu cara veo que no te fue nada bien en la terapia —dijo sonriente.

—Así es, la terapeuta dijo que no avance mucho en todas las sesiones —agacho su mirada mientras le respondía al líder, N por su parte lo observaba con mucha gracia.

—Yo lo sabía, no tienes remedio, siempre serás un serio y amargado —el líder soltó una gran carcajada burlándose del vocalista

Leo levantó su mirada observándolo sin reacción alguna, aunque por dentro moría, las palabras del líder lo habían herido y mucho. Pero todo se eliminó en el momento que unos cálidos brazos lo arroparon, era él, su hombre perfecto y amado Ken, que se levantó para apoyar de inmediato al vocalista llevándolo abrazado junto a él al sillón.

—No te burles de Leo, ¿Me harías ese gran favor? —reclamaba Ken haciendole una cara fea

“Me defendió” , fue lo primero que paso por la mente de Leo mientras sentía como un calor invadía sus mejillas, Ken era tan atento, siempre preocupándose por él, sabía que decir y hacer cada vez que lo acorralaban de esa manera; algo que él no podía.

—¡Vaya! no me sorprende que lo defiendas yo solo estaba diciendo la verdad, pero claro... como al único que le habla es a ti —el líder se sentó de brazos cruzados haciendose el ofendido.

—Relájate N, yo apoyo lo que dice Ken, me parece muy comprensible que Leo no pueda tenernos confianza con comentarios como los tuyos; esto se trata de ayudarlo, no de empeorar todo —exclamó el pequeño Maknae Hyuk mientras bebía una taza de té.

Algo era seguro, el líder se estaba quedando sin argumentos, no sabía que responder a lo que Hyuk le había dicho, el de verdad estaba preocupado por Leo pero le encantaba fastidiarlo, era tan fácil. Aunque muchos podrían no darse cuenta, esa era la manera de demostrarle su cariño al vocalista, era el único modo que conocía para acercarse a él y entablar una conversación, después de un pequeño silencio, N abrió sus labios cuando una pequeña intervención lo detuvo.

—Oye, tampoco es para que te pongas en contra de nuestro líder —renegaba y manoteaba el rapero Ravi mientras se acercaba a N y le tocaba el hombro mostrándole apoyo.

—Cálmate Ravi, Hyuk solo estaba dando su opinión y concuerdo con él —la vista de todos se dirigió hacia el hermoso Hongbin que parecía integrarse a la conversación, lucia muy fastidiado mientras rascaba su cabeza.

La sala comenzó a llenarse de murmullos y frases altisonantes, el tono de voz comenzó a subir y apenas se podía entender lo que decían, una gran discusión se había formado. Leo observaba silencioso el ambiente sintiéndose muy culpable, el había generado todo ese caos. Giró su rostro para observar a Ken que discutía sentado aun con sus brazos entrelazados, poco a poco se soltó de ellos, la verdad no quería hacerlo pero no soportaba más la situación. Se levantó de golpe y sin darle mayor importancia comenzó a caminar entre los demás, mientras se alejaba de la discusión con rumbo a su habitación, dio un giro los observo y pronunció:

—Por este tipo de cosas es que no puedo confiar en nadie—bajo su mirada y siguió caminando hasta perderse en las escaleras.

Ken no dejo de observarlo mientras se alejaba, era el único que alcanzo a escuchar lo que Leo había dicho y le partió el corazón. Nadie le había prestado atención a excepción de él, quedando muy molesto por ello; se levantó del sillón alzando la voz y exclamó:

—¡Ya cállense!

Un gran silencio se formo enseguida y las miradas de todos se dirigieron hacia Ken, que observaba con indignación a cada uno de los integrantes.

—Ustedes preocupados por discutir, mientras Leo huía de esto muy triste, ¡pero claro! nunca le prestan atención, no se preocupan por sus sentimientos, ni siquiera se toman unos segundos para acercarse a él y preguntarle, ¿Cómo amaneciste?, ¿Te gustaría acompañarme a algún lugar?, ¡NO! jamás piensan en Leo solo en ustedes mismos, son unos egoístas, ¿Lo sabían? —suspiro muy triste mientras se alejaba y subía las escaleras en búsqueda de Leo.

Ken No se tomo el tiempo de esperar una reacción, lo único que le interesaba en esos momentos era hacer sentir mejor a Leo y estar con él. Después de unos cuantos pasos ya se encontraba frente a su puerta, pero no se animaba a tocar, “¿Y si se molesta?”, la mente de Ken era un caos no sabía qué hacer. Leo era tan difícil de descifrar, su rostro no reflejaba absolutamente nada, nunca sabias si estaba triste o feliz pero era muy evidente cuando estaba enojado. Sin duda alguna era el misterio más grande con el que Ken se había enfrentado, un misterio hermoso y desafiante a la vez, no tenía muy claro la razón, pero no podía estar lejos de esa persona, era tan enigmático e interesante que le encantaba. Acerco su mano a la puerta, noto que temblaba muchísimo, dio un gran suspiro y lo hizo, pero no se escucho respuesta alguna, volvió a tocar y pudo escuchar la delicada voz del vocalista.

—¿Quién es?, ¡Quiero estar solo! —después de esas palabras el miedo se apodero de Ken, quien trago un poco de saliva y con un hilo de voz respondió:

—Soy Ken, déjame entrar quiero hablar —giro la perilla de la puerta pero estaba con seguro, gruño un poco al darse cuenta—. Sabes que me molesta que te encierres, ash Leo ¡Ya! Abre de una buena vez —recargo su cabeza en la puerta esperando que le abriera, su tono sonaba desesperado.

Leo no sabía qué hacer, no se sentía en condiciones de hablar, había sido un día difícil y ver su rostro no iba a mejorar las cosas; pero ignorarlo y lastimarlo sería demasiada carga para el mayor, quien estaba sorprendido, no pensó que Ken fuera a buscarlo. No tardo mucho en decidirse camino a la puerta y quito el seguro, el menor de inmediato abrió y Leo regreso a la cama y se acostó serio.

—¿Por qué haces eso?, no sabes cuánto me molesta –Ken cruzo los brazos.

—¿Hacer qué?, solo estoy acostado en mi cuarto —respondió de lo más tranquilo y despreocupado, mientras acomodaba el diario en su buro.

—Mmm no te hagas Leo, me refiero al hecho de huir, en vez de enfrentar a los demás y decirles cara a cara lo que sientes, escuche lo que dijiste en la sala y la verdad estoy muy triste de que pienses así —su rostro fue directo al suelo mientras jugaba con sus dedos meñiques.

Leo quedo petrificado, no imagino que alguien lo hubiera escuchado, hablo sin pensarlo y aunque era verdad, no quería que los demás lo supieran, últimamente solo causaba problemas.

—Am-mm yo… veras no debiste escuchar eso, no pensé lo que decía, lamento ser una carga —tartamudeo, ocultando su rostro entre las sabanas.

Las palabras de Leo solo habían empeorado todo; afectando a Ken que observaba con un rostro desencajado al mayor, ¿Carga?, en verdad pensaba que eso era para todos, si desde el momento en que lo había conocido, sabia que sería un elemento importante en el grupo. No solo por ser vocalista principal, sino por su gran talento en el baile y su personalidad, que a pesar de ser reservada, dejaba mucho a la intriga y eso a las fans les encantaba. Su rostro era perfecto, siempre se mostraba con respeto y sobriedad ante los demás, cuando estaban todos juntos, Leo destacaba con un brillo intenso y dorado, los demás miembros incluyéndose, lucían como unos verdaderos niños tontos e infantiles, cuando Leo no quería hacer las cosas divertidas y torpes con los demás, no participaba en nada de eso, solo se quedaba parado y serio observando las idioteces, y vaya que eran demasiadas. Sin duda era diferente, pero a Ken no le gustaba utilizar ese término, prefería llamarlo “Especial”; se necesitaba tener mucho valor para aguantar las 24 horas a tipos como ellos y el mayor sabía remar contra eso y muchas cosas más, los miembros lo querían y Ken lo sabía, pero era difícil expresarlo y enfrentarse a la barrera que Leo ponía ante todos, y que poco a poco y con esfuerzo Ken estaba logrando derribar y que sin duda había funcionado, ya que el mayor estaba perdidamente enamorado de él, pero claro el no tenia idea.

—Me duele que pienses así Leo, al contrario. Eres alguien con quien se puede compartir y vivir tranquilamente, además... me importa un carajo lo que piensen ellos, para mí no eres una carga, a decir verdad, mis días y todo mi tiempo son mejor cuando estoy contigo, —sus mejillas se llenaron de un tono rojo carmesí, sin poder evitar que el mayor lo notara ya que lo miraba directamente.

—Gracias por tus palabras, yo te creo y cuando dije eso jamás pensé en ti —una tierna sonrisa se formo en Leo, mientras estiraba su mano para que Ken la tomara.

El menor sonrió en forma instantánea y sin dudarlo, se acerco tomando la mano de Leo y sentándose en la orilla de la cama junto a él, lo miraba fijamente sin soltarlo y con su otra mano aprovecho la oportunidad para acariciar su cabeza y tocar ese brillante y suave cabello negro. Leo no sabía dónde esconderse y como actuar, trataba de disimular lo mas que podía, de verdad disfrutaba tanto estar tan cerca de Ken, sentir su presencia y tiernos afectos que lo volvían loco, pero no quería sonreír demasiado, “¿Y si lo nota?”, el miedo siempre terminaba arruinando los momentos, Ken no estaba listo para saberlo, no quería perderlo tan pronto.

—Este es el Leo que yo quiero siempre, no me dejes solito en la sala con esos locos nunca más y menos me dejes de abrazar, yo estaba tan cómodo en tus brazos —hizo una carita triste mientras le daba un gran abrazo al mayor.

Leo no esperaba tal acción, lo cual provoco que se quedara estático sin mover un musculo ni corresponder el abrazo, solo se dispuso a disfrutar el momento y de percibir el bello aroma del cabello y cuerpo de Ken, un aroma a Vainilla tan dulce como su corazón, tenía los ojos cerrados y no pudo evitar soltar un suspiro enorme que lo alarmo de inmediato, “Soy un estúpido no sé si podría ser más obvio” pensó. Abrió sus bellos ojos y alejo al menor, cambiando su sonrisa por una mirada seria y seca que acostumbraba a tener todo el tiempo. Ken abrió sus brazos soltando a Leo y poso su mirada en los grandes ojos del vocalista, quien desvió su rostro en segundos y dio un pequeño salto hacia atrás alejándose aun mas.

—Sabes Ken, quiero estar solo, espero no te moleste pero fue un día difícil.

A quien trataba de engañar, no quería que el castaño lo dejara, quería tenerlo toda la noche acompañándolo; pero cualquier momento era una tentación para él, debía ser fuerte y olvidar ese gran amor y deseo. Temía demasiado que en un arrebato, no pudiera evitar tratar de besarlo, y tocarlo de mil formas que tanto había soñado; en su tono se escuchaba un gran convencimiento, pero su corazón anhelaba por un “No me quiero ir”, que nunca llego.

—Entiendo pero… mira la hora —señalo el reloj de cabecera—. Ya son las 8:30, que rápido se paso el tiempo, ¿No bajas a cenar?.

—No tengo hambre, ve tú con los demás —exclamó serio.

—¿Seguro?, Si gustas puedo traer tu plato al cuarto.

—Gracias, pero no te preocupes, no tengo apetito.

—Te puedes enfermar, no estaré tranquilo si no cenas —Ken se levanto y tomo el brazo de Leo jalándolo con fuerza llevándolo de pie junto a él.

—¿Qué haces?, Ya te dije que no quiero —Leo soltó el agarre mostrando una expresión llena de enfado.

—Qué lástima, yo que tenía una sorpresita para ti, pero eres un niño malo que no cena, así que no te doy nada —le sacó la lengua mientras caminaba dispuesto a salir de la habitación.

Leo abrió sus ojos como platos y corrió hacia la puerta recargándose en ella evitando que el castaño pudiera escapar.

—Quiero mi sorpresa, ¿Me la das por favor? —su tono y expresión habían cambiado radicalmente, ahora su mirada era muy tierna.

—¡Ah verdad! te daré la sorpresa solo si cenas, después de eso será tuya.

—Pero… arrg ¡Esta bien! aunque no es justo eh —Leo frunció el seño y se movio de la puerta.

—¡Si lo logre! —una gran sonrisa invadió el rostro de Ken, mientras sus brazos se apoderaban del cuello del mayor dándole un efusivo abrazo.

Leo respondió dándole pequeñas palmaditas en la espalda mientras sentía como su cuerpo era sacudido.

—Me estas ahorcando Ken ya suéltame y bajemos, que ya quiero mi sorpresa.

—Lo que tú digas corazón —Ken tomo la mano de Leo y caminaron juntos bajando por las escaleras.

Leo podía sentir su corazón palpitar a mil por hora y deseaba con toda el alma que no estuviera sonrojado, el escuchar de esos bellos labios decirle “corazón” lo habían puesto muy mal, era tan tierno y malditamente lindo que no podía tolerarlo. Al llegar abajo, ambos chicos pudieron percibir el olor del “Bibimbab” que provenía de la cocina, caminaron aun tomados de la mano rumbo al comedor y ahí estaban los demás preparando la mesa.

—Qué bueno que bajan, justo iba a buscarlos —Hyuk les sonrió mientras los invitaba a tomar asiento.

Ken y Leo se acercaron y sentaron juntos, mientras Ravi y Hongbin servían los platos con comida, y Hyuk los vasos con un poco de té helado, por su parte, el líder N ya estaba sentado y observaba fijamente a los vocalistas que no habían dicho una sola palabra desde que bajaron, Leo podía sentir la mirada penetrante del líder y soltó la mano de Ken que se ocultaba bajo la mesa. Al estar todos sentados, agradecieron por los alimentos y se dispusieron a disfrutar la cena, un silencio incomodo invadió el lugar, solo podían escucharse los palillos y sus bocas masticar, después de un rato, Ravi comenzó a observar a todos y decidió terminar con esa situación.

—Creo que debemos hablar de lo que paso —dejo sus palillos y cruzo las manos.

Todos dejaron de cenar y se observaron entre sí, la tensión se hizo presente.

—No me gusta pelear con ustedes, hay que olvidarlo, debemos estar unidos y más fuertes que nunca; para que nuestra carrera sea buena —exclamó Hyuk mientras les brindaba una sonrisa.

—Las cosas se salieron de control, pero todos sabemos que somos unidos y nos queremos —respondió Hongbin.

—Así es, y todos sabemos en realidad quien es el problema aquí —dijo N mientras seguía comiendo de lo más tranquilo.

Pero ese comentario era una flamante indirecta hacia Leo, que había captado y dolido en lo más hondo de su ser, apretó con fuerza su mano mientras formaba un puño, no podía decir nada, no se atrevía. Todos en la mesa entendieron lo que N había dicho, pero fue Ken quien salió en defensa del vocalista al notar la frustración que existía en él.

—¿A qué te refieres N?, ten el valor suficiente y dilo —sonaba molesto y su mirada llena de ira atacó por completo al líder.

—Bueno... nosotros no tuvimos que ir a terapia, acéptalo ya Ken, Leo tiene problemas y eso nos está afectando.

Ken estaba boquiabierto el descaro de N era increíble.

—Pues en lugar de estar haciendo comentarios de mal gusto, preocúpate y trata de ayudarlo, habla con él para que sepas que le sucede, de este modo no ayudas en nada. Eres nuestro líder, ¿Y no puedes hacer eso?, se ve que ejerces muy bien tu función.

Y ahí estaba Ken, sin pelos en la lengua enfrentando a “N”, que para variar se sentía devastado, no quería ser un mal líder ni perder el respeto de los miembros, siempre debía ser la solución, el apoyo clave para los demás y no lo estaba logrando, el vivo ejemplo era Leo. La mirada del líder bajo, sin poder decir más.

—Otra vez no por favor, no debemos hablarnos así —Hyuk tapo sus oídos y cerro los ojos, Hongbin lo observó y recargo su cabeza en el hombro del pequeño para tranquilizarlo.

—No tendríamos que pelear, si Leo pusiera una mejor cara —respondió Ravi mientras lanzaba una mirada mortal al vocalista.

—¿Eso qué tiene que ver?, mi rostro siempre es igual Ravi

—Lo sé, y estoy harto de eso ¿Sabes?, No tolero lo poco expresivo que eres, me enfermas tanto, quiero comprenderte, pero simplemente no puedo. Eres tan difícil y no abres la posibilidad para que nos acerquemos a ti.

Leo se quedo serio y su mirada lucia perdida, en su interior sabia que el rapero estaba en lo correcto; pero convivir con las personas nunca fue fácil para él, su inseguridad era grande y todo empeoro al darse cuenta que estaba enamorado, ese era el gran problema, necesitaba estar bien con sus sentimientos. Al principio la relación con los miembros era normal, lo suficiente como para poder estar en paz, pero al momento en que se dio cuenta de lo que sentía por Ken, su corazón y alma estaban en otro lado, preocupado por el que dirán, anhelar que ninguno de los ídolos se diera cuenta, mucho menos el manager, prefería estar lejos, ser reservado y precavido, su mente era un caos.

—No puedo cambiar, así soy y no deberías reclamarme por eso, lo que debería importarte es mi desempeño vocal y en el escenario; estoy dejando el alma por este grupo y sé que lo notan, si soy bueno en el trabajo, ¿Lo demás que importa? . No les pido que me comprendan o sean mis consejeros, no quiero su lastima.

—¡Perfecto!. Entonces que Ken no le reclame a nuestro líder el hecho de que no se acerque a ti, para mi él está haciendo las cosas bien.

—¡RAVI YA! –Respondió el líder alterado, mientras se levantaba de la mesa.

—Me alegra que pienses eso Ravi, muchas gracias, pero por favor que sea la última vez que le hablas así a Leo, y tu, —señalo al vocalista—. ¿Como esperas que no nos preocupemos por ti?, jamás te dejaremos triste y desolado, porque te queremos, aquí nadie te tiene lastima.

N dio unos pasos hasta estar frente a Leo, giro su silla y lo abrazo, después tomo su rostro para que pudiera observarlo.

—Perdón, te prometo ser un mejor líder, de hoy en adelante no mas reclamos ni pleitos, ¿Qué te parece?.

—Me parece perfecto —sonrió —, yo también te pido perdón y no culpo que se desesperen por mi culpa, a veces ni yo mismo me aguanto.

Todos comenzaron a reír y el lider regreso a su lugar.

—Amm.. Yo también quiero decir algo —dijo Ravi

—¿Qué cosa?, Espero sea algo amable —intervino Hongbin hablando por primera vez, mientras se incorporaba y dejaba el hombro de Hyuk.

—Yo también quiero disculparme. Leo me escuche como un completo idiota, creo que cuando hablan mal de N me pongo agresivo, ¿Se habían dado cuenta?

—Para nada –decía Hyuk con un tono de sarcasmo y volteando los ojos.

—Si nos habíamos dado cuenta Ravi, y claro que te perdono —Leo sonrió.

—Ya ven que lindo es cuando todos nos amamos sin barreras —dijo Ken lanzando besos.

El ambiente había dado un giro radical, ahora todos conversaban y comían de lo más tranquilos, Leo estaba muy feliz y se juraba en su interior que jamás provocaría un caos como ese de nuevo, los demás no debían sufrir por su personalidad ni ser arrastrados por su mal genio a causa del amor. Terminaron de cenar y Leo se ofreció a lavar los platos mientras los demás se dirigían a sus respectivas habitaciones. Ravi y N compartían cuarto, Hyuk y Ken de igual manera, dejando a Hongbin y Leo juntos, siempre había sido así y todos parecían estar cómodos. El vocalista tomo los guantes y comenzó a enjuagar mientras tarareaba “Super Hero”, no había nadie alrededor y se sentía con mucha libertad. Pero había olvidado que Ken tenía una sorpresa para él y había bajado para entregársela, el vocalista comenzó a dar pequeños pasos para no ser captado y al estar a su espalda, soplo el oído de Leo asustándolo y provocando que soltara uno de los vasos, el vocalista giro al instante quedando frente a frente con Ken; sus cuerpos estaban muy cerca y eso provoco que el pulso de Leo comenzara a acelerarse, podía sentir la respiración de Ken en sus labios.

—No sabía que darías un concierto privado, habría llegado mucho antes —permaneció cerca de su rostro mientras hablaba.

—¿Qué-ee haces aquí-ii? —dijo Leo con la voz entrecortada—. Deberías estar tratando de dormir, mañana nos levantaremos temprano.

—Lo sé, no tardare mucho, pero olvide darte tu sorpresa —llevo una de sus manos al bolsillo del pantalón.

Leo camino poniéndose de espaldas a Ken, alejándose de su cuerpo y rostro, el castaño giro para observarlo mientras sacaba algo de su pantalón y lo oculto poniendo su mano detrás.

—Bueno... estoy esperando, no la hagas de emoción —protestó, mostrando la palma de su mano.

—Cierra los ojos —dijo—. O no te doy nada.

Leo resoplo y cerro los ojos, esta sorpresita comenzaba a desesperarlo. Ken lo observo detenidamente y sonrió, tenia al mayor justo donde quería; estaba a punto de poner la sorpresa en su mano, cuando decidió hacer todo más divertido.

—Si lo quieres… ¡Atrápame si puedes!

Ken salió corriendo de la cocina y huyo directo a la sala, mientras Leo frustrado abrió los ojos y comenzó a caminar lentamente hasta llegar al menor, quien estaba escondido detrás de un sillón.

—¿Es en serio?, No quiero jugar, estoy cansado. Deja de ser tan infantil.

—¡Buu!, Que amargado eres Leo —respondió mientras agitaba su mano con la sorpresa dentro—. Es delicioso y te encanta.

Leo decidió seguirle el jueguito a Ken, si no lo hacía esto no acabaría jamás y la verdad le interesaba devorar lo que tenia para él; empezó a correr por la sala y Ken gritaba por todos lados “No me atrapas”, “Ahh”, “Aquí estoy”, lucia tan tonto gritando y corriendo por todos lados, mientras Leo trataba de atraparlo, el castaño se ocultaba tras los muebles, bajo la mesa, y el mayor lo rosaba, pero no podía capturarlo, ya estaba muy agitado pero reía, al final se estaba divirtiendo. En un descuido y tropiezo de Ken; Leo logró tomarlo de la cintura pero llevaba demasiada fuerza, así que ambos cayeron sobre la alfombra, Ken de frente y Leo sobre su espalda. Se escucho un pequeño “Auch” proveniente de Ken; Leo se levanto y lo ayudo a ponerse de pie sentándolo en el sillón. El menor tocaba y frotaba su pecho, el impacto había sido muy fuerte.

—¿Estás bien?, ya vez esto pasa por seguir tus locuras —dijo muy preocupado.

—Me duele el pecho eso es todo, pero no te preocupes me divertí mucho —sonrió ligeramente.

Ken no dejaba de tocar su pecho y decidió quitarse la camiseta para observar el golpe, no había sido nada grave, solo estaba ligeramente rojo; comenzó a frotar su piel completamente al descubierto mientras Leo observaba perplejo aquella perfección. Su piel era tan blanca como la nieve, lucia tan suave y apetecible, dispuesta a ser acariciada por él. Sus ojos siguieron el recorrido un poco más arriba, encontrándose con su clavícula, resaltaba mucho más que la suya, el mayor estaba perdiendo la cordura, deseaba con todas sus fuerzas lanzarse sobre el menor y besarlo, morder su cuello y lamer despacio su pecho hasta desaparecer aquel golpe, mordió su labio inferior mientras fantaseaba con dominar a ese hombre. Ken lo observó detenidamente, Leo lucia distraído y en sus ojos había un brillo especial que jamás había percibido antes.

—¿Que pasa contigo Leo?, parece que estas en otro mundo —río—. Toca mi pecho se siente caliente.

Leo lo observo con una mirada llena de sorpresa, ¿Había escuchado bien? , Sentía que los ángeles por fin se habían apiadado de él, lo dudo un poco pero, ¿Qué más daba? , en verdad quería hacerlo, no pudo resistirse más y acerco lentamente su mano al pecho de Ken, acariciando la herida con una ternura, como si de un bebe se tratara; ambos se observaron fijamente mientras sonreían, el momento era perfecto. Leo había anhelado algo así durante mucho tiempo, lamio sus labios sin perder la vista de aquellos ojos hermosos, pero un pequeño ruido hizo que ambos se alejaran.


Escrito por Binnie ♡

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