domingo, 1 de junio de 2014

Quiero estar a tu lado. [VIXX] [Sinopsis]



“Es tan difícil expresar lo que siento por ti, el no poder verte a la cara sin temblar, que deba desviar mi rostro cuando nuestras miradas se encuentran, de vivir con este sentimiento cautivo en una jaula que es mi corazón, espero algún día vencer esta timidez y tener el valor para decirte todo y anhelar que no sea demasiado tarde para estar juntos toda una vida”.






El día era demasiado triste y frío en aquel lugar, encerrado en esas cuatro paredes, en la última sesión con la terapeuta, ahí se encontraba de brazos cruzados, hablando de sus más íntimos miedos el vocalista TaekWoon, mejor conocido como Leo. El manager estaba preocupado por él; de un tiempo para acá su ánimo había disminuido notablemente y eso estaba afectando al grupo. La adaptación de Leo jamás fue fácil y para los demás ídolos, el convivir con el vocalista era toda una proeza, por esa razón fue obligado a tomar terapia unos meses y así mejorar su ánimo. Pero nadie comprendía, nadie podía saber, que en el interior de Leo había una guerra de sentimientos encontrados, luchando por querer salir o ser eliminados por completo.
—Tú sabes que esta es la última sesión TaekWoon, necesitas actuar de una vez por todas —exclamó Kim Lim la terapeuta mientras cerraba su libreta.

Era una mujer adorable y con un rostro lleno de paz, no mayor a 50 años.

—¡No puedo! Cuando esta cerca de mí… las palabras desaparecen tengo mucho miedo —su cuerpo temblaba y frotaba sus manos con desesperación—. Aun no puedo creer que usted lo sepa y debo admitir que no ha servido de nada el que se lo haya contado.

—Respira TaekWoon y reflexiona muy bien lo que me acabas de decir, ¿Qué tan malo puede ser?, ¿Y si el también te corresponde?, solo piensas en las cosas negativas que podrían suceder, pero en verdad imagina que podría ser mutuo. ¿No vale la pena arriesgarse?, que sus sentimientos y todo su amor pueda fluir, amarse, tocarse, y vivir millones de experiencias que serán imborrables. No hay ni un solo día de la terapia en la que no menciones a él, a “Jaehwan”.

El solo hecho de escuchar su nombre lo puso en un estado de trance y nerviosismo puro, todo eso sonaba realmente hermoso, pero prácticamente imposible. Definitivamente Ken no sentía lo mismo, solo lo veía como un amigo, un simple compañero de trabajo tímido y aburrido. Leo estaba atrapado en sus pensamientos hasta que Kim Lim dio una palmada haciéndolo reaccionar y observarla, los ojos del vocalista comenzaron a brillar y pequeñas lágrimas deslizaron sobre sus mejillas.

—Tienes mucho que pensar —Kim Lim observó su reloj, se había pasado media hora más de lo habitual—. Es el momento de despedirnos Leo —se levantó de su silla brindándole una sonrisa.

—Necesito que me hagas la promesa de que intentaras ser más abierto con tus sentimientos, de verdad anhelo que seas feliz —extendió su mano ofreciéndole un pañuelo para secar sus lágrimas.

Leo suspiro mientras tomaba su bolso y se acerco un poco brindándole un pequeño abrazo, esa era su manera de contestar, aun no tenía claro lo que haría.

—Muchas gracias por todo, se que no progrese; pero agradezco que me haya escuchado —Leo comenzó a caminar hacia la puerta, necesitaba urgentemente salir y respirar un poco de aire fresco.

—¡Espera un momento! —gritó la señora Kim, mientras Leo la observaba con mucha intriga.

—Se me ocurre algo para que te sientas mejor. De hoy en adelante, quiero que busques una libreta y cada vez que te sientas frustrado, que mueras por hablar con Ken sobre lo que sientes, pero no puedas hacerlo. La tomes y anotes todo lo que pasa en tu corazón, que sea tu diario, el lugar donde desbordes todo, créeme eso funcionara y cuando abras esas páginas y leas lo plasmado en ellas, te darás cuenta de lo enorme que es ese amor y ojala te llene de valor.

Leo escucho atentamente las palabras de la señora Kim y asintió, no sonaba mal la idea. Ella ya no estaría para escucharlo y en verdad lo iba a necesitar. Salió del edificio y sin pensarlo dos veces fue en búsqueda de un diario. El consultorio estaba cerca del departamento donde vivía con los demás integrantes, en una muy buena zona de Seúl; le rodeaban restaurantes, tiendas y parques, por la cercanía, no utilizaba transporte de regreso y eso le encantaba, porque Leo disfrutaba de caminar y reflexionar mientras lo hacía. Con paso firme se encontró con diversos puestos y en la esquina observo una librería, no había notado su existencia, comenzó a acelerar el paso mientras esquivaba al mar de personas que venían hacia él, “Ojala Corea no estuviera tan poblado” , eso pasaba constantemente por la mente de Leo, al vocalista le molestaban las grandes masas lo ponían muy nervioso.

Entró a la librería, el lugar era muy pequeño y completamente de madera, con un olor a roble muy bello. Miro a su alrededor pensando que probablemente no encontraría lo que buscaba; hasta que vio una repisa con diarios, hojas y cartulinas; tomó un diario de piel color café, con un bordado de árbol y un buen broche de seguridad, era perfecto. Se aproximo a la caja y observó en el estante unos curiosos dulces de uva, “Su sabor favorito”, suspiró y agito su cabeza tratando de regresar a la realidad. ¿Por qué en todo momento pensaba en él?, ¿Jamás podía dejarlo tranquilo?, era tan molesto que no pudiera estar concentrado al 100% por culpa de Ken, siempre lograba aparecerse en su mente en el momento menos oportuno. Leo pago y Salió de la librería, camino unas cuantas calles hasta llegar al edificio donde vivían, el departamento estaba en el tercer piso, tomo el ascensor y al estar frente la puerta sacó sus llaves dio un gran suspiro y abrió.




Escrito por; Binnie.



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